domingo, 29 de agosto de 2010


Te echo de menos, te echo mucho de menos, abrazaría ahora tu cuerpo en vez de estar escribiendo, o preferiría mirarte, casi embelesada, deseando darte un beso, inesperado y calmado, como si fuera el primero y el último al mismo tiempo.

Echo de menos el que pronuncies mi nombre, el hablarte mientras no sabes si aguantarme la mirada o apartarla por momentos en un signo de despreocupación, el placer con el que barnizas mis sentidos. Echo de menos no tener el valor de mirarte a los ojos y decirte todo lo que siento por miedo a no saber lo que tu mirada me va a devolver.

Echo de menos el no poder estar contigo aún sin realmente haberte sentido, el tomar cualquier cosa en cualquier sitio, el ver tu sonrisa y reirnos, el ver tu sonrisa y ser feliz.

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