viernes, 2 de diciembre de 2011

Porque

Has elegido a la chica que nunca nadie elegía, a la que nadie llamaba al día siguiente, a la que todos los días se despertaba sola.
Has elegido a la chica que nunca nadie esperaba en el portal, a la que nadie miraba fijamente pensando cual podría ser la forma más especial de besarla, a la que nadie abrazaba mientras dormía.
Has decidido ser el chico de la chica a la que hacer reír, de la chica que se siente especial si le susurras que la quieres, la que se ha dado cuenta que su día a día es mejor porque ahora tu, formas parte de él.
Porque tienes la capacidad innata de hacerme sonreír las 24 horas del día, porque eres el corcho al que agarrarme para estar siempre a flote.
Porque aunque no te pareces en nada a mi, lo compartes todo conmigo. Porque me das seguridad y me haces levantarme cada mañana con un brillo especial en la mirada
Porque si de verdad hay alguna forma de ser feliz esta se le parece bastante, porque nunca voy a olvidar aquellas palabras tuyas en una noche helada de un 5 de marzo.
Porque a veces solo hace falta una mirada para sentir que todo ha cambiado...

lunes, 31 de octubre de 2011

ESTOY HARTA DE FINGIR QUE ESTOY BIEN CUANDO EN REALIDAD ESTOY DESTROZADA...

sábado, 3 de septiembre de 2011

Te doy la Bienvenida a mi corazón... Disculpa el desorden, el último visitante no fue muy cuidadoso.

viernes, 25 de marzo de 2011

Mientes...

Tengo este argumento metido en la cabeza: Si todo el mundo miente la confianza no solo es infundada e inútil, es..ficticia. Pero la confianza no es una discusión que se gane o se pierda...tal vez solo deba arrinconar mi cinismo y creer.
Quizás debería dar un salto de fe...

lunes, 28 de febrero de 2011

Ver tu sonrisa y reírnos, ver tu sonrisa y ser feliz...

domingo, 13 de febrero de 2011

Luz de luna

La luna se reflejó en su rostro y a modo de espejo intensificó su luz para secar así las lágrimas que asomaban atrevidas, con ganas de deslizarse y dejarse caer al vacío.

La luna se enfrentó a ellas con su poderosa arma, su luz, que a la vez consiguió que aquellos ojos se fijaran en ella quedando aquella inmensa belleza capturada en su mirada. Las lágrimas se escondieron para dar paso a una tímida sonrisa, mensajera de un pensamiento positivo.

sábado, 5 de febrero de 2011

El día antes

El día antes de que tu vida cambie para siempre es igual a cualquier otro. El día antes de una despedida, de una traición, de una desaparición inexplicable y misteriosa...
Luego las cosas se precipitan y ya no hay vuelta a atrás. Y empieza la búsqueda de ese instante en que tu ayer pudo ser distinto.
Llega un momento en el que sabes que no hay retorno y que debes encontrar una explicación que le dé sentido a todo. Y en esa lucha contra el tiempo y tu propia vida, estás dispuesto incluso a dar la vuelta al mundo...

martes, 1 de febrero de 2011

Elsa Punset

Me han impresionado las conclusiones a las que ha llegado Richard Wiseman, un psicólogo que ha dedicado años a estudiar el fenómeno de suerte. Había que estudiarla, era urgente. De entrada, por mucho que las personas se crucen con gatos negros en su camino, rompan espejos o pasen debajo de una escalera, los hados no les van a tratan mejor ni peor que al resto.

Si a alguno le cabe la duda, le confesaré que lo afirmo con esta rotundidad porque se ha comprobado en base a diversos estudios sistemáticos. Descartada pues la superstición… ¿queréis que rasquemos debajo de la suerte y veamos si la podemos mejorar?

Para ello, Wiseman reclutó a un grupo de 400 personas de edades y profesiones variadas. Los dividió en dos bandos a tenor de sus obras y milagros: los suertudos y los malhadados. ¿En qué bando se sitúa intuitivamente mi lector? Si no está seguro, atento a lo que viene, que es revelador. Durante diez años, suertudos y malhadados escribieron diarios, contestaron cuestionarios y realizaron tests de inteligencia. Al final, quedó claro que su comportamiento y sus pensamientos justificaban en gran medida la suerte que arrastraban.

Durante uno de los experimentos más gráficos que se llevó a cabo durante esta investigación, todos recibieron un periódico del que tenían que contar las fotografías. Los suertudos tardaban unos segundos y los del bando de la mala suerte tardaban dos minutos. ¿Por qué? En la segunda página del periódico había un anuncio enorme que decía: “En este periódico hay 43 fotografías. Deja de contar”. Estaba allí a la vista para todos, pero los suertudos tendían a fijarse en el anuncio y los de la mala suerte, no.

Inteligencia Emocional y Social: La escuela de la buena suerte


Había un segundo anuncio en el periódico: “Deja de contar. Dile al investigador que has visto este anuncio y te dará 250 euros”. La mayoría de los del bando de la mala suerte no se fijaban siquiera en el anuncio porque estaban obsesionados contando fotografías… De hecho, sabemos que la gente que dice tener mala suerte está más tensa y ansiosa que la suertuda. Y es que la ansiedad nos impide abrirnos a las cosas, fijarnos en lo inesperado.

Cuanto más te empeñas en encontrar algo concreto, menos cosas percibes, porque tu cerebro se centra solo en lo que buscas. Así que pierdes oportunidades. Te pasa cuando vas a una fiesta empeñado en encontrar a la pareja perfecta: probablemente no la encuentres, pero es que además no intentarás siquiera hacer amigos. Sería más productivo ir a las fiestas abierto a la posibilidad de descubrir allí a tu media naranja, claro, y también firmemente decidido a disfrutar en cualquier caso conociendo a personas que podrían resultar divertidas o interesantes- por ejemplo, todas aquellas que lleven algo rojo. ¡Sistematiza tu suerte, provócala!

Al final de sus investigaciones, Wiseman creó una Escuela de la Buena Suerte, guiada por un principio maestro: las personas que tienen buena suerte buscan activamente las oportunidades y crean posibilidades para que pase algo distinto en sus vidas. Piénsalo: es muy fácil agotar las posibilidades en tu vida porque tiendes a ver siempre a las mismas personas, a decir las mismas cosas, a ir a los mismos sitios… Pronto, ya no queda nada nuevo para ti. Pero si provocas situaciones distintas, nuevas oportunidades se presentan. ¡Eso es suerte!

Otro principio de la escuela de la buena suerte es considerarse afortunado siempre que puedas. Imagina que estás en un banco, entra un ladrón con una pistola y te dispara en el brazo. Las personas suertudas sentirán que han tenido suerte de que el disparo les haya alcanzado el brazo, en vez de la cabeza o el corazón… ¿Y tú?

Los resultados de la escuela de la buena suerte son llamativos: el 80% de las personas que aplicaron sus principios durante un mes mejoraron su suerte de forma radical. Así que aunque sea tentador dejarlo todo en manos de la suerte, pensar que las cosas han de ocurrir por si solas… la verdad es que muchas cosas están en nuestras manos. Allí fuera, las oportunidades están esperando a que nos fijemos en ellas, a que les hagamos un lugar consciente para que puedan ayudarnos a transformar nuestras vidas a mejor.