domingo, 29 de agosto de 2010

Inmortales

Hay personas q no deberían morir...que tienen o han tenido la capacidad de conmovernos, de ilusionarnos, de hacernos felices, de habernos emocionado en algún momento de sus vidas, personas que estan elevadas a esa categoría por encima del bien y del mal q tienen los mitos

Dulce ironía

Creo que una de mis máximas al escribir ha sido siempre la posición de ventaja de quién se esconde detrás de las palabras, el poder de diferenciar que es cierto y que es falso, mientras los demás no pueden ir mas allá de simples especulaciones.
Sin embargo, me atrevo hoy a hacer una declaración de intenciones y afirmar que, de entre todas mis mentiras, hay algo que deberían sacar en claro...
...escribo para aquellos que me robaron un sueño.

Espectacular!

Te pienso, a cada momento,
de mis días
y te sueño, despacio,
al caer la noche
y más que despacio,
te deseo tanto que ya no sé…

Y es verdad, ya no sé…
quiero sentirte
y ser yo (y no tú)
el que te muerda los labios
y sienta mis manos
acariciando tu cuerpo.

Por las dulces sombras
de tu deseo,
una vez tras otra me quemaría
y en tu boca me apagaría,
te quiero porque tu boca
sabe gritar rebeldía.

Me fundo, pensando en ti,
sueño con tu piel
y te imagino, a solas,
en cualquier calle de la ciudad,
y más que a solas
te imagino conmigo en la oscuridad.

A fin de cuentas tu tienes la culpa...

siendo como eres hiciste que no me lo pensara dos veces al enamorarme de ti...

Te echo de menos, te echo mucho de menos, abrazaría ahora tu cuerpo en vez de estar escribiendo, o preferiría mirarte, casi embelesada, deseando darte un beso, inesperado y calmado, como si fuera el primero y el último al mismo tiempo.

Echo de menos el que pronuncies mi nombre, el hablarte mientras no sabes si aguantarme la mirada o apartarla por momentos en un signo de despreocupación, el placer con el que barnizas mis sentidos. Echo de menos no tener el valor de mirarte a los ojos y decirte todo lo que siento por miedo a no saber lo que tu mirada me va a devolver.

Echo de menos el no poder estar contigo aún sin realmente haberte sentido, el tomar cualquier cosa en cualquier sitio, el ver tu sonrisa y reirnos, el ver tu sonrisa y ser feliz.

De partidas y regresos

Esto lo había realizado con una celeridad inusitada para ella, que siempre requería de un plan muy ordenado, el viajar de vuelta hacia la vida que decidió dejar atrás hace mucho tiempo, reencontrarse con los fantasmas del pasado no era algo que tuviera en mente, vaya, ni siquiera entraba en lo planeado rápidamente pero con mucha cautela. La planificación de cada una de las actividades era una manía que se instaló en ella desde mucho tiempo atrás.

Desde el día anterior ordenó el equipaje necesario para ese viaje relámpago pero impostergable, eran pocas cosas, objetos personales, de aseo principalmente, no acostumbraba a hacerlo de esta manera pero el tiempo apremiaba. El reloj despertador sonó mas temprano que de costumbre ese día, con la idea fija en la medida del tiempo no tardó en levantarse de la cama y entrar a la ducha, el ritual era largo, las distintas cremas que requería para cada parte de su cuerpo, desde la cara, el cuerpo, los pies, las manos e incluso el pelo, le llevaba algo más de cuarenta y cinco minutos. Al salir del baño todo debía de quedar impecable o si no, al menos en su lugar: shampoo, jabón, cremas, cepillo de dientes, peine; aunado a eso secar el baño que quedaba literalmente inundado después de cada ducha.

El problema era siempre la ropa, qué elegir para la ocasión, no porque fuera muy especial pero debería ser algo que le sentara bien, que la hiciera sentir segura, cosas superfluas quizás pero así era ella, todo debía estar bien coordinado, incluso el perfume, le gustaba tanto ese que despedía un ligero aroma a maderas. ¿El pelo debía estar recogido o dejarlo así, suelto, dándole un ligero aire de despreocupación. ? Lo recogió con un par de horquillas, dejando el acomodo a la casualidad. Se apresuró pues el autobús saldría en menos de cuarenta y cinco minutos, la llevaría a su pasado, era como si el tiempo se hubiera detenido un instante, como en un sueño del que empezaba a salir, sin embargo no lo pensaba así, no imaginaba que en esa casa sola la recibieran tantos fantasmas.

El viaje por demás fue cansado, cinco horas sentada junto a ese señor que roncaba y en cada inhalación que parecía que se iba a ahogar la alteraba notoriamente, sin contar con que la película que exhibían en el autobús era por demás aburrida, lo único bueno era que el idioma en que estaba era inglés así que no le distrajo de la lectura en la que se sumía a ratos, para aligerar el viaje, hacerlo menos tedioso y cansado. Sentía esa especie de revoloteo en el estómago, regresar a la ciudad que le dio mucho y que le quitó mucho también no era fácil, una especie de nausea la embargó cuando el autobús arribó al andén número seis, en el cual el chofer del autobús les agradeció su preferencia por viajar en aquella línea esperando que su estancia en la ciudad fuera agradable y que en el retorno no olvidaran elegir de nuevo el servicio que ofrecía la línea de autobuses.

Salió de la central de autobuses y la ciudad de lleno la recibió como reclamándole su olvido, su distancia y su fuga. Pensó que no podría haber cambiado mucho, un año no era tanto tiempo tampoco. Efectivamente, al abordar el pasaje, el chofer no le dirigió una mirada ni siquiera un saludo y cuando bajo tampoco le agradeció por preferir de entre los demás medios de transporte que haya subido al suyo. Al llegar a la puerta de su antigua casa se quedo un momento viendo el frente que si había cambiado, plantas nuevas, cortinas nuevas, pintura nueva, con decisión metió la llave en la cerradura y le dio vuelta, la puerta le franqueó el paso, ahí estaba de nuevo, en su casa. Encendió la luz y los objetos al igual que la ciudad también le reclamaron su ausencia, pero sobre todo su huida, no había escapatoria, todos los recuerdos la esperaban en cada rincón, en cada adorno, en cada habitación que recorrió, la soledad también la esperaba, no se había ido como ella pensó; no, la espero pacientemente a que regresara, no había duda, ella sabría que volvería y no tendría mas que afrontarla. Cayó de rodillas y los océanos salieron por sus ojos.

martes, 24 de agosto de 2010

Egoismo razonable

Para decir yo te amo primero hay que saber decir yo

lunes, 23 de agosto de 2010

Cernuda

Si el hombre pudiera decir lo que ama,
si el hombre pudiera levantar su amor por el cielo
como una nube en la luz;
si como muros que se derrumban,
para saludar la verdad erguida en medio,
pudiera derrumbar su cuerpo,
dejando sólo la verdad de su amor,
la verdad de sí mismo,
que no se llama gloria, fortuna o ambición,
sino amor o deseo,
yo sería aquel que imaginaba;
aquel que con su lengua, sus ojos y sus manos
proclama ante los hombres la verdad ignorada,
la verdad de su amor verdadero.

Libertad no conozco sino la libertad de estar preso en alguien
cuyo nombre no puedo oír sin escalofrío;
alguien por quien me olvido de esta existencia mezquina
por quien el día y la noche son para mí lo que quiera,
y mi cuerpo y espíritu flotan en su cuerpo y espíritu
como leños perdidos que el mar anega o levanta
libremente, con la libertad del amor,
la única libertad que me exalta,
la única libertad por que muero.

Tú justificas mi existencia:
si no te conozco, no he vivido;
si muero sin conocerte, no muero, porque no he vivido.

Despedidas

Un tal Arthur Schnitzler dijo una vez que "las despedidas siempre duelen, aun cuando haga tiempo que se ansíen"
Cuanto entonces doleran cuando no son esperadas, ni queridas, ni mucho menos deseadas.
Muy cierto es que hay despedidas que no "nos pillan" de sorpresa, sino que son el preludio de una marcha ya hacía tiempo anunciada.
Es cuando un disimulado "te voy a echar de menos" produce unas ganas inmensas de reprimir una lágrima de tristeza seguida de otra de alegría, como el dedo que sin saberlo hace mella en la llaga.
El que se atreva a negar lo aquí afirmado no puede estar mas cerca de engañarse a sí mismo. Piensalo, en un segundo vienen a tu mente todas las palabras que nunca dijiste, todo lo que sentías y callaste por cobardía, todos los momentos de los que no disfrutaste...te conviertes en pura pérdida, puro dolor.
Y es cuando ese arrebato de vacío te impulsan a salir a la calle y caminar en busca del protagonista de la despedida, en busca de ese rostro sonriente que en su sencillez te hace sentir feliz, de ese rostro frente al que quieres vaciarte de ese vacio que sientes.
Pero no lo haces, y acabas frente a la pantalla de un ordenador, poniendo por escrito un galimatias de sentimientos del que no se si soy o quiero ser consciente.

sábado, 14 de agosto de 2010

En el dia de hoy - Cinco de enero

Para no olvidar los días que malgasté
siguiendo la estrella que se apaga sin piedad…
Para no caer de nuevo en el mismo error,
que cada vez sienta peor…
voy a dejarlo estar.

Como un ave que renace,
como el viento que enloquece
voy a dar de mí, lo que no quisiste ver.

Sangra de nuevo, el corazón que entregué,
que muere sin saber si quiero, si puedo reinventar todo lo que soy.
Lloraré de nuevo, la rabia de no saber,
dejarte de una vez si debo,
si de algo me sirvió tanto dolor…

Para no saber, prefiero no verte más.
Me enfermo con sólo notar que andas alrededor.
Para no caer de nuevo en el mismo error,
no va a pasar de hoy… aprenderé a volar.
Como un ave que renace,
como el viento que enloquece
voy a dar de mí, lo que no quisiste ver.

Sangra de nuevo, el corazón que entregué,
que muere sin saber si quiero, si puedo reinventar todo lo que soy.
Lloraré de nuevo, la rabia de no saber,
dejarte de una vez si debo,
si de algo me sirvió tanto dolor…