jueves, 8 de abril de 2010

Doblando esquinas



Las esquinas, sí, esos fragmentos molestos de las calles. Lugares de encontronazos, tropiezos, choques...y todo por un simple problema de perspectiva...
Pongámonos en situación, estamos a punto de hacer un giro de 90 grados, es decir, nos disponemos a volver en una esquina. Imaginemos ahora la sección de la acera en ambos lados del mencionado ángulo. Creo que resulta mas que evidente que el ángulo de visión que obtenemos de la calle en la que nos disponemos a entrar y el radio de giro con el que lo hacemos mantienen una relación directamente proporcional; cuanto mayor radio de giro tengamos al efectuar dicho giro, obtendremos de forma más inmediata una amplia perspectiva de la calle que momentos antes estaba oculta a nuestra vista, pudiendo encontrar de este modo los obstáculos que en ella habitan contando con un tiempo más que suficiente de reacción.
Imaginemos ahora que reducimos este radio de giro hasta su mínima expresión, es decir, que caminamos prácticamente pegados a la pared...retomemos la situación inicial...90 grados, secciones de acera, y una radio de giro ínfimo. Es claro que dos personas que efectúen un recorrido en sentidos contrarios y que se dispongan a realizar dicho giro de manera simultánea acabarán teniendo lo que podríamos denominar como un "encontronazo", un choque accidental, un tropiezo inesperado como consecuencia de un deambular ( lo preocupante es que frecuentemente suele ser diurno) en el que la lógica a desaparecido por completo.
Es sencillo...campo de visión y radio de giro, dos variables que toman valores proporcionales, que se describen en paralelo...y sin embargo simplezas en las que nadie (por lo menos mis observaciones así lo confirman) se ha parado a pensar.
No se si sera por intuición o por experiencia, pero el caso es que hay ciertos comportamientos que consiguen sacarme de quicio...

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