miércoles, 11 de marzo de 2009

Conclusion de la pereza

Llevo unos dias intentando dar forma a una nueva entrada, quizas tantos dias como llevo intentando dar forma a mi propuesta de 50 vivendas de promocion publica, pero en todos esos dias no e conseguido sacar nada en claro.
Quizas sea porque no tenga motivacion para hacerlo o porque el pesimismo que mueven tanto una como otra creacion me incita a no querer ni siquiera abordarlas. Estos dias, debo admitirlo, he caido en lo que siempre he considerado mi posible peor defecto: la pereza. No lo considero por defecto un defecto mio, sino que al ser una sensacion normalmente ausente en mi, cuanto la tengo cerca es como si su efecto se viera multiplicado por cien; algo extraño de explicar y quizas mas aun de comprender.
Pero por suerte o por desgracia, esta pereza incita a mis recuerdos a flotar como si fueran trozos de corcho en mitad del oceano, pequeños retales que quedaron descosidos y que ahora parecen estar rotos. Quizas no haya nada que odie mas en mi dia a dia que el excesivo tiempo que dedico a pensar, a recordar, a volver una y otra vez a mi pasado. Si eres capaz de extraerte por un segundo de estas lineas podrias objetar que esa mirada al pasado no tendria que estar calificada negativamente como estoy exponiendo; no obstante mi respuesta a esa replica no podria ser otra que decir que todo depende del matiz de esa mirada.
Podemos volver la vista atras con alegria, con nostalgia, con emocion, con desconsuelo, con esperanza, pero no cabe la menor duda que entre esas miradas tambien se encuentra la de dolor y que cuando esta aparece predomina seriamente sobre las demas. Sonaria demasiado utopico mencionar aquello de que no sabemos lo que tenemos hasta que lo perdemos, pero yo propongo: "no sabemos lo que nos hemos estado perdiendo hasta que lo tenemos".
Es muy dificil no echar de menos, es un sentimiento incontrolable que no entiende de alegria ni de tristeza, sino que simplemente deja un vacio en el hueco que antes estaba ocupado por algo, por alguien, independientemente de si ese alguien sigue estando en tu vida o de si de la noche a la mañana su actitud con respecto a ti cambio como lo puede hacer la prediccion meteorologica para un dia de verano en Londres.
No es facil saber que hay cosas que no puedes solucionar por mas que intentes dejarte la piel en ellas, que perdonaste errores una y mil veces y que los tuyos siempre fueron mirados con lupa y reprochados hasta el extremo. No es facil cerrar los ojos cada noche y falsamente imaginar que ya paso todo, porque cada nuevo amanecer te devuelve los recuerdos que dejaste aparcados al entrar en esas preciadas horas de estado de semicoma.

No hay comentarios: