sábado, 3 de enero de 2009

04

Se acercaba la hora de cenar pero ella seguía allí tumbada en la cama. Se había quedado dormida. Sin poder evitarlo me quede mirándola, unas chapetas rojas y unas grandes ojeras revelaban que llevaba casi tantas horas llorando como las que llevaría sin dormir, lo que me produjo bastante lastima. Hay veces en las que contemplo la vida de otros y me siento demasiado afortunada de que la mia se podría calificar de perfecta. Tengo lo que cualquier chica de 20 años puede querer, una familia bastante unida, un novio formal, una carrera medio encaminada a curso por año a excepción de alguna asignatura que ha querido molestar un poco y bastante libertad. Mi problema radica en que no concibo que hay personas que atienden a necesidades algo mas profundas, personas que olvidan por completo la superficialidad o que simplemente lo cotidiano, lo normal, no les resulta gratificante.

Asique allí seguía ella y allí seguía yo con la vista clavada en sus ojeras cuando el teléfono rompió el silencio de aquella calurosa tarde. Intente cogerlo antes de que ella se diera cuenta, pero me resulto imposible. No obstante al otro lado del hilo telefónico reconoci la voz de alex.

-¿Susana!

-¡hombre! ¡ya era hora!, ¿te has hecho de rogar,eh?

- jaja, si bueno, me ha costado bastante salir de casa, la verdad. Pero que remedio, ya estamos aquí.

-Gon ya esta aquí también, ¿no?, es que me pareció ver el coche de su padre aparcado en la puerta, pero llame antes a tu cuarto y no me lo cogió nadie.

-Si, si, lleva aquí desde las 6 mas o menos. Esperate que voy para abajo, ¿vale?

-Ale, aquí te espero.

En ese mismo instante Sofia se dejo aparecer entre el marco de la puerta del dormitorio. Parecia mas cansada incluso que ante de haberse quedado dormida. Solo que ahora tenia el pelo algo mas revuelto y el maquillaje ya no conservaba el grado de perfeccion que tenia cuando la vi por primera vez.Inmediatamente me di cuenta de que había invitado a Alex a bajar sin reparar en ningún momento en la presencia de Sofi, aunque la verdad es que no creo que le importase. Lo que ocurría es que me resultaba extraño tener que pararme a pensar en que ya no era Sonia la que dormiría apenas a un metro de mi, ya no era ella la que compartía mi mundo, mis aficiones y mis amigos, sino que ahora tenia a mi lado a una completa desconocida y en realidad creo que tenia miedo de mostrarle mi mundo, quizás no le entusiasmase demasiado.

No hay comentarios: